Llévame al Corazón de tu Divino Hijo Jesús, para que Él habite en mi. Quiero ser totalmente tuyo, Madre mía. Y a partir de hoy servirte fielmente en lo que me mandes.
Sé dulce compañía en mi vida, no permitas que jamás me separe de Ti, y en la hora de mi muerte ven a buscarme para gozar de la Eternidad en Tu compañía.
Bendita y Alabada seas por siempre Madre Mía.
Amén
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