viernes, 16 de julio de 2010

Consagración a la Virgen del Carmen



Virgen del Carmen, oh Madre mía, me consagro a Tí,
y confío en tus manos mi existencia entera.
Acepta mi pasado con todo lo que ha sido.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
te confío cuanto tengo y cuanto soy,
todo lo que he recibido de tu Hijo Sacratísimo
y de tu Esposo Santísimo.

Te confío mi inteligencia, mi voluntad y mi corazón.
Pongo en tus manos mi libertad, mis ansias y
mis temores, mis esperanzas y mis deseos,
mis tristezas y mis alegrías.
Cuida de mi vida y todas mis acciones para que
sea más fiel al Señor Trino y Uno,
y con tu ayuda alcance la salvación.

Te confío, Oh gran Señora,
mi cuerpo y mis sentidos,
para que sean puros siempre
y me ayuden en el ejercicio de las virutdes.

Te confío mi alma, para que Tú la preserves de
las tentaciones del mundo,
de la carne, y de Satanás.
Hazme participar de una santidad similar a la tuya;
vuélveme conforme a Jesucristo, ideal de mi vida.

Te confío mi entusiasmo y el ardor de mi devoción
para que me ayudes a no envejecer en la Fe.

Te confío mi capacidad y ganas de amar
como has amado Tú, y como Jesús quiere que se ame .

Te confío mis incertidumbres y mis angustias,
para que en tu Corazón- encuentre seguridad,
sostén y luz en cada instante de mi vida.

Con esta consagración
me empeño en seguir tu vida
de humildad, mansedumbre,- y pureza.
Acepto las renuncias y los sacrificios
que esta elección conlleva y te prometo
con la gracia de Dios y con tu ayuda
ser fiel al empeño tomado.

Oh, Madre de todos los hombres,
Soberana de mi vida y de mi conducta,
dispón de mí y de todo lo que pertenece
para que camine siempre en el Evangelio
bajo tu guía, oh Estrella del Mar.

Oh Reina del Cielo y de la Tierra,
Madre Santísima del Redentor,
soy todo (a) tuyo (a), oh Virgen del Carmen,
y a Ti quiero unirme ahora y siempre
para adorar a Jesucristo, juntoa los Angeles
y a los Santos, ahora y por los siglos de los siglos.

Amén.


domingo, 11 de julio de 2010

Saludo de San Francisco de Asís a La Virgen María



¡Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios,
María, virgen convertida en templo,
y elegida por el santísimo Padre del cielo,
consagrada por El con su santísimo
Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito;
que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia
y todo bien!

¡Salve, palacio de Dios!
Salve, tabernáculo de Dios!
¡Salve, casa de Dios!
¡Salve, vestidura de Dios!
¡Salve, esclava de Dios!
¡Salve, Madre de Dios!
¡Salve también todas vosotras,
santas virtudes, que, por la gracia
e iluminación del Espíritu Santo
sois infundidas en los corazones
de los fieles para hacerlos,
de infieles, fieles a Dios!



miércoles, 7 de julio de 2010

Exvoto

Si yo pudiera, Virgen pía, darte
Mi corazón como se da una lámpara,
Lo sacaría de mi pecho, vivo,
Para labrarlo como fina plata.

¡Que gloria estar contigo noche a noche,
Arder por ti como flameante llama,
Y que tú digas, plácida a los ángeles:
-¡Siempre me alumbra hasta que llega el alba!
¡Qué gloria iluminar, ¡oh madre mía!,

Tus pies menudos de camelia blanca
Y ser el óleo que por ti se quema
En el ardiente cuenco de tu lámpara!

Tómame, así, ¡oh Virgen del Socorro!,
Fortuna y salvaguardia de mi casa,
Y acepta, para el templo que tú habitas,
El sillar que te ofrece mi esperanza.

Juana de Ibarbourou